Publicación de los poemas de Medardo
Los poemas de Medardo fueron ofrecidos inicialmente a la casa editorial El telégrafo. Pero en ese entonces la jefatura de redacción los rechazó porque consideraron que los poemas habían sido escritos por un “niño” y, además, que rayaban en el escándalo al ser tan fuertes, tan intensos y tan violadores de la métrica y el uso de recursos.
Los poemas de Medardo fueron ofrecidos inicialmente a la casa editorial El telégrafo. Pero en ese entonces la jefatura de redacción los rechazó porque consideraron que los poemas habían sido escritos por un “niño” y, además, que rayaban en el escándalo al ser tan fuertes, tan intensos y tan violadores de la métrica y el uso de recursos.
Posteriormente, El telégrafo sucumbió
a la magia de sus textos y surgió así la revista Letras, la cual no
solo mostró los poemas de Medardo, sino también los del resto de la Generación
decapitada.
En Letras Medardo
escribe sus crónicas y manifiesta el horror y repugnancia que le provoca la
burguesía ecuatoriana, sedienta de poder.
El cuarteto conformado por Silva,
Novoa, Borja y Fierro se nutre de lo que van consiguiendo, y una de sus
influencias es el cubano José Martí, quien desde su lucha independentista y con
su prosa y poesía incendiaria, crítica y libertaria, les abre el camino a
repetir ese combate en el mundo literario.
Obras más importantes
Medardo Ángel Silva
publicó dos obras: María Jesús y El
árbol del bien y del mal. Otras de las obras más representativas de
Silva se publicaron de forma inédita. Entre estas destacan Trompetas
de oro, La máscara irónica y El
alma en los labios. Tal como se mencionó
antes, en 2004 se logró la recopilación de sus obras completas, a través de la
Biblioteca Municipal de Guayaquil.
El poema
hecho canción
Posterior a la muerte de
Medardo, algunos compositores ponen música a sus poemas y de esta manera se
permean hacia el imaginario popular. Figuras como Julio Jaramillo, el ruiseñor
de América, las convirtió en temas de rockolas. Tal es el caso de El
alma en los labios o Se va con algo mío. Aún
hoy siguen siendo versionados incluso por los cantantes más contemporáneos.
La vida y obra de Medardo
Ángel Silva es llevada al teatro primero y al cine después por el cineasta ecuatoriano
Julio Ortega. A Medardo Ángel Silva le
bastaron 21 años para conseguir un lugar en la historia de las letras
hispanoamericanas y en los corazones de numerosas generaciones, que aún hoy en
día disfrutan de sus creaciones, bien sea leyendo sus creaciones poéticas o
escuchándolas en las letras de diversas canciones.
El alma en los labios:
El poema “Alma en los labios” se crea en Quito en
diciembre de 1918. Medardo Ángel Silva con 18 / 19 años fue profesor de un
adolescente guayaquileña Rosa Amada Villegas Morán, que vivía en la calle
morro, en casa del comandante Garay en Guayaquil. Del profesorado nació un
amor, una relación tortuosa porque Medardo era un hombre supremamente
complicado, como todo hombre genial y Rosa Amada era un adolescente.
El enamoramiento siguió un curso más o menos
normal, hasta que la familia a mediados de 1918 prohibió la relación,
considerando que Silva era un hombre de riesgo. Le daban fama de opiomano,
aunque no se ha podido probar que consumiera opio.
Silva entro en desesperación porque estaba muy
enamorado de esta chica, entonces escribe Alma en los labios, a través del cual
quiso retomar ese amor. En el poema plasma cosas tan bellas como “ya que sólo
por ti la vida me es amada el día en que me faltes me arrancare la vida”
Anuncia desde el año 1916 es (decir cuando tenía
17 años) que va a poner fin a su vida y lo cumple en junio del año 1919.
El Alma en los labios
Para mi amada
Cuando de
nuestro amor la llama apasionada
dentro de tu pecho amante contemples extinguida,
ya que sólo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes me arrancaré la vida.
dentro de tu pecho amante contemples extinguida,
ya que sólo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes me arrancaré la vida.
Porque mi
pensamiento, lleno de este cariño
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme soñando en tu acento de arrullo.
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme soñando en tu acento de arrullo.
Para envolverte
en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento,
para poder estar más cerca de tu boca.
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento,
para poder estar más cerca de tu boca.
Vivo de tu
palabra, y eternamente espero
llamarte mía, como quien espera un tesoro.
Lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.
llamarte mía, como quien espera un tesoro.
Lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.
Perdona que no tenga
palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡Dejar mi palpitante corazón que te adora!
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡Dejar mi palpitante corazón que te adora!
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